jueves, 10 de noviembre de 2011

La locura de correr un maratón

Todo empezó por un sueño, llegar a correr una maratón, después de varias mejoras en mi vida a raíz de salir a correr, un día puse lo siguiente en mi Facebook.




Al publicar esto, lo primero que recibí fueron ánimos de familiares y amigos que viendo como había conseguido otras metas pensaron que, "porqué no?". Luego aparecieron otras voces de amigos que ya habían realizado alguna maratón y  que sabían de la dificultad del reto que me había propuesto, me aconsejaron recapacitar mi decisión y de tomar otra más acertada, que era la de esperar a mejorar mi capacidad atlética y esperar un año para realizar ese reto. Yo decidí esperar haber como evolucionaba mi cuerpo durante los 5 meses que aún quedaban por delante y tomar la decisión entonces.

El 13 de julio, decidí darle mi apoyo a un corredor que se había propuesto un récord, hacer 500 maratones, 1 cada día y por una causa benéfica, ese corredor se llama Ricardo Abad. Aquel día hizo su maratón número 284 y yo le escribí un comentario en Facebook, y así empezó otra amistad de las que he ido cosechando durante este tiempo. Carlos Prieto un corredor de Madrid, que comenzó a darme grandes consejos de como preparar esa maratón, aquí nuestra conversación.







Y leí ese magnífico blog, y eso me motivó aún más para que la maratón fuese mi proyecto y vivir lo que Carlos con sus palabras transmitía. Me pareció increíble sentir todo eso en una carrera, todo ese cóctel de emociones hacia tus seres queridos y tus amistades, realmente era algo que se tenía que vivir.
El 18 de  julio y debido a unas molestias que tenía en las rodillas fui a una tienda que me recomendaron, para que me asesorasen en la compra de unas nuevas zapatillas, ya había ido anteriormente a otra tienda por mi cuenta y me dijeron que era pronador, pero en está me realizaron un estudio más exhaustivo y me recomendaron, a parte del cambio de zapatillas, unas plantillas que mejorasen el apoyo del pie. Y así fue como cambié de unas Nike Pegasus a unas Asics Nimbus, y como empecé el 29 de julio a usar plantillas para correr. He de decir que hoy en día aún me duelen las rodillas de vez en cuando, o sea que las plantillas no mejoraron eso, tal vez otras cosas, pero eso no.

El 30 de julio buscando motivaciones para el reto de la maratón, colgué en Facebook el vídeo de una persona que un día cualquiera decidió comenzar a correr. Ese vídeo me impactó, no solo por lo emotivo, si no porqué describía todo lo que en ese momento yo sentía para afrontar el reto y por las sensaciones que tenía y las que sentiría en el momento que acabase la maratón, ese fue otro empujoncito que sin él saberlo, desde Argentina, me ayudó a que siguiese adelante.




El 1 de Agosto decidí enviar un mensaje vía Twitter a esta persona, Lucho Runner, para agradecerle el vídeo que había hecho y comentarle que había sido de gran ayuda. Nunca pensé que recibiría alguna contestación, y cual fue mi sorpresa que me agradecía mi comentario y quería que lo tuviese al corriente, aquello me pareció genial.







El 7 de agosto mejoré mi primera marca de 10 km. y la rebajé en 2 min. exactos. Como por aquel entonces ya  había empezado a prepararme la maratón, esto me dió un empujón más en mi decisión. En poco tiempo había mejorado mi manera de correr y no solo eso, comenzaba a mejorar mi resisténcia y mis tiempos. También me compré un Garmin Forerunner 305 que mejoró mi manera de correr, ya que controlaba la velocidad y no iba más rápido de lo que tenía que ir, hasta entonces mi manera de correr había sido ir a lo más rápido que daba mi cuerpo y eso le pasó factura a mi cuerpo.

El 14 de Agosto continuaba con mi plan de entrenamiento para la maratón y me sentía pletórico, el día anterior había corrido 22 kms. a un ritmo mejor del que marcaba en el plan, y ese día tenía que realizar 15 kms a un ritmo muy muy suave, quise ser más listo e intente seguir el ritmo del día anterior. A los 3 kms. no podía más, creía que tenía agujas en las rodillas y acabé los siguientes kms. hasta llegar a los 15 parando cada km o 500 m. mi sueño se desvanecía. Lo mejor de esta experiencia es que aprendí algunas cosas. La primera es, que si sigo un plan de entrenamiento no he de hacer lo que me de la gana y la segunda que si tengo dolores que me incapacitan para correr no he de seguir o eso se complicará.

Hundido escribí en el Facebook lo que me había pasado intentando encontrar el consuelo de aquellos que me habían ayudado hasta la fecha. Recibí la contestación de Carlos y Pedro, ambos me recomendaron todo tipo de ayudas, hielo, cremas, etc. mientras tanto yo salí con mi familia al zoo, y durante el día me plantee la opción de dejarlo para más adelante y correr la de Barcelona. Les pregunté y ambos coincidieron en su respuesta, era la mejor opción.

Después de aquello estaba frustrado, la maratón tendría que esperar, toda la ilusión depositada en aquella carrera, aquella fecha, se había desparramado por los suelos, el hombre del mazo había venido antes de que yo empezara a correr. Decidí descansar en las vacaciones ir a Eurodisney con la familia y disfrutar sin pensar en la maratón.

A los pocos días de regresar, salí a correr, quise probarme, hice 7 km el día 2 de septiembre me sentía otra vez bien. Seguí toda la semana hasta llegar al día 11 hice 19 km. fue genial me sentía vivo otra vez, las buenas sensaciones habían vuelto. Corrí la Cursa de la Mercè y no hice un mal tiempo, después de pensarlo, volví a la carga tenía que recuperar el tiempo perdido pero con cabeza, lo que se dice "sin prisa pero sin pausa". Dejé de correr solo para salir con Pedro de vez en cuando y probándome por montaña y acabé el mes haciendo un total de 190, 54km. algo impensable en marzo cuando empecé a correr, y lo mejor de todo me sentía bien. Volví a ganar pequeñas batallas y a ver mi ciudad desde lo alto de la montaña, algo que no se puede explicar con palabras.
  
Pedro y yo el primer día que subimos al Vigía
Can Ruti desde lo alto 



Con esto y con la moral por las nubes hice una de las cosas que más nervioso me han puesto en esta vida inscribirme el día 26 de septiembre a la Maratò del Mediterrani, ya había dado otro paso, este fue el que más claro me dejó que la cosa ya iba en serio, no había marcha atrás. No para mí.


Y así fue el proceso para correr mi 1ª maratón, amigos, ganas y familia.



SALUD Y KILOMETROS!!!!






jueves, 3 de noviembre de 2011

Como empecé a correr

Todo empezó un día que en mi trabajo vino a hacerme el relevo un compañero, Pedro Montalbán.

Mientras sacaba la liquidación del día y regresaba a mi casa en el bus, estuvimos hablando de todo un poco, de cosas que normalmente olvidas o no prestas mucha atención. Pero a veces, no sabemos lo que unas simples palabras nos pueden cambiar la vida.

Ese día, después de hablar de la línea, del bus y de otras cosas, salió el tema de conversación que a muchos conductores nos preocupa, la alimentación, el sedentarismo, dolores de espalda, etc. pero, que al llegar a casa, se nos olvida, seguimos haciendo nuestra vida sedentaria y no reparamos en comer lo que nos apetece.

Tenía en frente a un conductor que no le preocupaban esos problemas, que no solo disfrutaba corriendo sino que hacía participes a su familia, lo que dejaba sin argumentos todo lo que yo le pudiese decir, " que no tengo tiempo", " que tengo dos niños y me absorben mucho", vamos todo lo que uno se pueda imaginar no me servía de excusa.

Pasó el tiempo y tuve varios problemas estomacales. Me empecé a preocupar, mientras que aquellas palabras seguían retumbando en mi cabeza. Fui al médico para que me diagnosticase cual era el origen de ese problema, que hacía que tuviese gastroenteritis cada 2 días. Fue tajante " Usted tiene síndrome del colón irritable" preocupado por ese nombre tan rimbombante le pregunté que si tenía cura y la respuesta fue rápida "No, la única manera de que esto no pase es que usted esté más relajado, ya que el problema viene del stress del trabajo, de la mala alimentación y del poco ejercicio".

Me quedé mudo, tenía un problema que se había generado, por una parte de las preocupaciones diarias que uno pueda tener, hipoteca, horarios, etc. y por otra parte mi trabajo, el tráfico, las malas contestaciones del algún pasajero o incluso por algún tipo de enfrentamiento. A eso se le añade el no comer bien ( a deshoras, repostería, grasas, etc.) y de no hacer ejercicio. Y el resultado son problemas, en mi caso fue, SÍNDROME DE COLON IRRITABLE.

"- Llegó el momento de hacer algo"- Pensé yo, no podía ser que, con 33 años y una familia, ya empezase a tener problemas, y la solución, como casi siempre, está al alcance nuestro.

El día que aquel médico me dijo aquello me pesó, 95.6Kg,. Esa misma semana por mi cuenta empecé a intentar comer bien. Digo intentar, no porque me pasase de vez en cuando, sino porque iba haciendo lo que uno siempre escucha cuando uno quiere hacer dieta, y eso no es siempre lo mejor: cosas al vapor, a la plancha y ensaladas casi a cualquier hora. A lo que acababa con un hambre voraz y como lo llevaba a rajatabla empecé a tener algún mareo y falta de alguna vitamina. Lo único en lo que acerté fue en quitarme todas las bebidas con gas y el café. Es increíble el peso que uno se quita cuando deja de beber estas bebidas.

Después de esta experiencia me puse en manos de una profesional, Mireia Gámez. Cuando llegué me pesó, ya había rebajado en 2 meses bastante peso, estaba en 89Kg. , y me dijo " A veces simplemente hay que comer bien y a tus horas" aquel cambio fue decisivo y necesario, me hizo una plan de comidas y me pregunto que era lo que más me gustaba comer, ahí empecé a no pasar hambre y a encontrarme mejor cuando hacía ejercicio. Que alguien controle tu manera de comer y que cada semana lleve un control del peso, era la mejor manera de animarse a no dejarlo, y eso que había semanas que no perdía nada incluso ganaba algo de peso, pero sabía que mi cuerpo estaba respondiendo bien a esos cambios (actualmente peso 78,3 Kg.). Cuando me organizó las comidas según los horarios de mi trabajo y del gimnasio donde ya tenía unas rutinas, que fui cambiando por clases de natación, la cosa mejoró.

Pero aquí empecé a darme cuenta de dos cosas, la primera, que no me gustan los gimnasios, no me gusta estar encerrado, y la segunda, que el ejercicio aportaba a mi dieta una rebaja de mi peso.

Entonces un buen día, aquellas palabras que retumbaban en mi cabeza, de aquel compañero, salieron, y el 29 de marzo de 2011, me compré mis primeras zapatillas, unas Nike Pegasus 27. y el 30 de marzo salí a correr.
Ese día hice, según el programa Nike Plus para Iphone, 9.4 Km. Recuerdo ir parando cuando veía que no podía más, pero seguía andando y al rato volvía a correr otro poco.

Acabé reventado, pero a los 2 días me volví a lanzar, quería volver a inténtalo, no me podía rendir tan pronto, no podía conformarme otra vez sin hacer nada, esto era una apuesta personal, no tenía que dejarlo. Hice 8.4 Km pero ese día me fui contento a casa, había hecho menos descansos.

Aquello se convirtió en mi rutina, me empezó a gustar, era tan simple como ponerse unas zapatillas y salir, respirar, relajarte, escuchar música. Y entonces llegó mi primera carrera se hacía cerca de casa y la patrocinaba un centro comercial, eran 10 Km.. Con muchas dudas me apunté y compré el chip, dudé en si comprarlo blanco (de alquiler) o amarillo (en propiedad), después de meditarlo me dije "- Amarillo, esto no lo vas a dejar"

Y así fue cómo el día 3 de julio, después de poco más de 3 meses me lancé a por mis primeros 10 Km., los acabé con un tiempo mucho mejor que en los entrenamientos 48'23", y los más importante sin parar.

Aquella carrera fue emocionante, claro está, que por ser la primera, pero allí estaban los que nunca me fallan, mi mujer y mis hijos. Recuerdo los últimos metros como un estallo de júbilo, verlos a ellos, ver que acababa mi primera carrera y estaba bien, hizo que me emocionase y cuando pasé por debajo del cartel de meta comencé ahogarme, luego descubrí que no tenía ningún tipo de problema respiratorio, todo era la misma emoción que me hizo un nudo en la garganta y me jugó esa mala pasada. Fue tan bonito que me abracé a mi mujer y me costó soltarla, lo había conseguido.




Luego vino 10 Km en Malgrat el 7 de agosto, lo mejor de esta carrera fue el tiempo que conseguí 46'23", lo peor tener que levantar a toda la familia a las 5:30 de la mañana. Hizo un día nublado raro para la época del año pero de agradecer para salir a correr, el calor no era tan asfixiante.



Y mis últimos 10 Km los hice el 18 de septiembre, la cursa de la Mercè. Como no recordar esta carrera, la hice con la persona que me empujó, con sus palabras, a lo que hoy en día es para mí correr, Pedro Montalbán y con la dedicatoria de esta carrera a una de las persona con las que me crucé en este camino y de la que me llevo muy buenos consejos, entre ellos el de realizar este blog, y una promesa de venir a correr esta carrera en 2012 si todo le va como le tiene que ir, Carlos Prieto.
Esta es otra de las razones por las que me gusta correr, las amistades que he hecho y que espero seguir haciendo. En mi primer año, que no llevo ni eso corriendo, he comenzado 3 buenas amistades Pedro, Carlos y Lucho Runner. Que quien es Lucho?, es la banda sonora de mi película como corredor, es quien hizo que acabara de creerme que yo podía acabar mi otro objetivo para este año, "El Maratón" y que con sus videos y palabras desde Argentina, ha hecho sentirme "Héroe por un día". Pero eso es otra historia que contaré más adelante.



SALUD Y KILOMETROS !!!!

domingo, 23 de octubre de 2011

Mi 1er maratón, Castelldefels 23 de octubre de 2011

Se podría decir que estaba nervioso desde el mismo día que hice la inscripción a la maratón, y desde entonces no había ni un solo día que me preguntase si había hecho lo correcto. Por una parte estaba seguro que lo conseguiría, la preparación había sido buena (o al menos eso era lo que yo creía) y la ilusión, si se hubiese podido medir, estaba desbordada. Pero por otro lado comenzaron las dudas del " Y si no ha sido suficiente", "Y si los que me aconsejaron que era muy pronto tenían razón" y miles de "Y si" empezaron a bombardear mi cabeza.

El día 22 fui a recoger mi dorsal, me puse más nervioso. En las colas para las pruebas de 10 Km. y media maratón estaban llenas de gente, en cambio, a esa hora, yo era el único que recogía el dorsal para maratón. Salí de allí ilusionado por qué no había vuelta atrás y al día siguiente se celebraría la maratón y mi sueño estaba a punto de hacerse realidad, pero por otro lado mi cabeza seguía bombardeándome con dudas.




Cuando llegué a casa intenté buscar motivos que me ilusionaran, para intentar no tener más dudas, y apartar de mi cabeza todos los malos pensamientos que no hacían más que ponerme, si cabe, más nervioso.


Recuerdo que en lo primero que pensé fue en la camiseta de la carrera. Una camiseta un poco especial que encargué tres semanas antes del maratón y que sabía que sería el combustible que me llevaría a la llegada. Una camiseta que en principio solo me iba a poner al cruzar línea de meta, si llegaba, pero la única persona que sabía que la iba a llevar me comentó "Si vas a hacer algo así, póntela durante toda la carrera" y así lo hice. Luego pensé en mi mujer e hijos, ellos habían venido a todas mis carreras y siempre los había visto en los finales, animándome, haciéndome fotos y alguna vez corriendo hasta la meta, tenía que visualizar la llegada, eso me haría llegar y no rendirme. Luego pensé que vendría familia que se había ilusionado por verme acabar esa carrera. Pensé en todos los kilómetros que llevaba en los dos últimos meses, una barbaridad para una persona que había empezado a correr el 30 de marzo. Todo eso hizo que mi mente se despejara y consiguiese disfrutar de lo que al día siguiente tenía que ser una fiesta, y algo que tenía que disfrutar desde el principio.



23 DE OCTUBRE DE 2011


Me levanté a las 5:30, la carrera no empezaba hasta las 9:00 pero quería desayunar tranquilo y con tiempo para poder hacer la digestión, toda prudencia era poca para mi 1ª maratón. Desayuné un par de tostadas y un poco de zumo y comencé a beber mucha agua ( todo lo que había leído hasta entonces, así lo aconsejaba ).

Cuando todos estaban levantados, algunos vistiéndose, otros acabando de desayunar, me metí en mi habitación, cogí la camiseta que con tanto esmero había guardado detrás de toda la ropa y me la coloqué rápidamente antes de que alguien pudiese ver la sorpresa.

A las 7:30 salimos de casa, yo ya no estaba con mi familia, aunque todos íbamos en el coche, pero mi cabeza ya estaba en la línea de salida, esperando a que el resto del cuerpo llegase. Después de algún problemilla para encontrar aparcamiento, comenzamos a peregrinar hacia el Canal Olímpic ( complejo deportivo de Castelldefels donde daría inicio la carrera ). Llegamos a las 8:15, en cuanto llegué tuve la necesidad imperiosa de visitar los servicios, era la segunda vez en menos de 1 hora. Los nervios comenzaron a ser más intensos, las 8:30, en la cola de servicios, sin calentar, sin llevar la ropa al guardarropa y todavía no había visto a Pedro, con el quien iba a calentar antes de la salida y con quien tomaría la salida. Para quitarme faena comencé a desvestirme y le enseñé la camiseta a mi mujer e hijos, eso hizo que aun me pusiera más nervioso. Luego me encaminé hacia el guardarropa, me encontré con Pedro, lo dejé descolocado, en la camiseta figuraba su nombre, y aunque era el único que lo sabía, no sabía ese pequeño homenaje. Dejé la ropa y nos pusimos en la cola de salida, casi sin calentar, eran las 8:55. En ese momento saqué el mp4 y puse el vídeo de Lucho Runner, cuando llegó al momento de " los que te miran desde el cielo" lo apagué, en mi camiseta figuraba el nombre de una persona que miraba desde lo alto, y aunque no soy creyente, pensé que de alguna forma él estaba allí.

9:00, comienza mi sueño. Al principio me planteo los primeros 10 kilómetros como un entrenamiento. Me quite la música y disfruté, no sabía hasta donde llegaría pero tenía que disfrutar de todo lo que veía, a mi ritmo, casi sin mirar el reloj, viendo a la gente, escuchando su ánimos, corriendo, como nunca antes lo había hecho.

El inicio de la carrera fue emocionante, por fin empezaba mi sueño!!!
El inicio de la carrera fue emocionante, por fin empezaba mi sueño!!!



Antes de llegar a los 10 kms estaban mi mujer, mis hijos, mi familia. Levanté mi brazo, les envié una sonrisa y ellos me la devolvieron con multitud de aplausos, sonrisas, saludos, gritos de ánimo, etc..Ya habían pasado los primeros 10 y ahora tenía las pilas cargadas para los siguientes.

Primeros 10 Km tranquilos



Al bajar la primera cuesta me encontré a mis padres, casi sin esperarlo, no estaban con los demás, acababan de llegar. Me emocioné y casi no consigo respirar, me ahogaba, el motivo estaba en esa camiseta. Le indiqué a mi padre que mirara, no su nombre, sino el de su padre que estaba como una dedicatoria a él en la parte trasera de la camiseta. No quise mirar a mi padre por segunda vez.

Después de todo eso comenzó una parte del recorrido en la que no había mucha gente, recorrí unos kilometros cuando de repente y sin esperarlo apareció mi suegra por una de las calles. Estaba buscando donde empezaba la carrera y me encontró de casualidad justo cuando pasaba, la saludé desde lejos, ella tampoco daba crédito, al pasar junto a ella le comenté los kilometros que quedaban, me animó y seguí corriendo, después de unos kilometros sin gente, decidí ponerme la música otra vez. Vi pasar a Pedro, iba como una moto, no se le veía sufrir, y después, como diría mi amigo Lucho casualidades o causalidades de la vida, vi a Ricardo Abad, aquella persona, que cuando le felicité por su 284 maratones, recibí la contestación de Carlos, otro amigo al igual que Lucho, que salía en esa camiseta.

En esos momentos, mi felicidad estaba llena, la carrera se desarrollaba sin problemas, bebía y comía en todos los avituallamientos, tarareaba alguna canción que en ese momento se escuchaba por el mp4 e incluso en una brazada el dorsal se desenganchó de una punta y me dio tiempo, mientras corría, de hacer otro agujero para que no se desprendiese del todo. Así hasta llegar al km. 20, donde volvía a pasar por donde estaba mi gente. Otra vez magnífico, ya estaba en el ecuador de la carrera y de momento no sentía ninguna molestia.

Pero entonces llegó lo más duro, teníamos que bajar al paseo marítimo y realizar casi 20 kms. dando vueltas por una especie de circuito, apenas sin gente, con muy pocos corredores, con el cansancio de llevar más de 20 kms. y sin ningún conocido que te pudiese dar un ánimo cuando más lo necesitase.

Entonces me acordé de una canción que hablaba de maratones y que decía " Hablo de llegar al cielo pasando por el infierno", nadie dijo que iba a ser fácil, al contrario, fueron varios los que me dijeron que sería duro.

A medida que transcurría la carrera iba pensando en el fatídico kilometro 30 ó 35, al cual me estaba aproximando, y del que todo el mundo hablaba como el lugar donde te espera el hombre del mazo para darte una sorpresa.

Mientras mi cabeza estaba preguntándole a mis piernas como estaban, en un mal braceo, acabé de arrancarme el dorsal, el cual estaba demasiado deteriorado del agua que me iba tirando de vez en cuando. Me giré y fui a recogerlo, no podía perder mi primer dorsal de una maratón aunque existiese la posibilidad de no acabarla. Lo enrollé y como si se tratase de una carrera de relevos lo llevé toda la carrera en mi mano.

Cuando llegué al kilometro 30 sentí que en mi cuerpo no estaba pasando nada anormal, evidentemente los cuadriceps, la espalda y los gemelos estaban doloridos, pero no para pararme, mas bien era el cansancio que ya comenzaba a hacer algún que otro estrago.

Kilometro 38 me acerco al último control, hay poca gente, pero la que hay comienza a aplaudir, no saben cuanto se lo agradezco, un chico de la organización se echa a reír cuando ve, que desenrollo mi dorsal como si de un pergamino se tratase " No te preocupes, no hace falta que lo enseñes, ya puedes ir hacia meta", hacia meta, creía que no pasaría nunca pero estaba más cerca de conseguir mi sueño, quedaban 4 kilometros y una cuesta con su bajada, pero con aquellas palabras parecía como si de dos pasos se tratara.

Llegué a una glorieta, allí había un grupo de voluntarios haciendo "la ola", les devolví el saludo y me encaminé para la subida. Justo al empezar, el gemelo de la derecha, hace un intento de montarse, me asusté, pero decidí bajar el ritmo un poco y tranquilizarme para subir sin muchos más problemas. Poco a poco, pero sin parar de correr, llegué a lo alto y la bajada fue mucho más fácil.

Antes de entrar al canal, me encuentro con mi padre, faltan 2 kilometros y el recuerdo de mi abuelo y ver a mi padre preguntándome emocionado "Como estás? Te encuentras bien? Algún Problema?" hacen que de mis ojos no paren de brotar lágrimas. Intento continuar, veo a mi gente un poco más adelante, están en la entrada al canal, todos comienzan a chillar de emoción, ya no siento nada en mis piernas, ya tengo lo que me hace falta para llegar, ahora sé que voy a llegar.

Comienzo la vuelta al canal, detrás de mi está la meta pero antes tengo que dar una vuelta entera. Se me hace eterno, creo que los metros no pasan. Busco una canción para entrar, siempre busco una canción para entrar, en el último giro la encuentro, es una canción que días antes mi mujer, mis hijos y yo, cantábamos en el coche, es de Linkin Park " Bleed it Out".

Llego a la altura de mi mujer y mis hijos, les digo a mis peques que vengan a correr con su padre los últimos metros, ellos se lo merecen, hoy se han levantado a las 6:00 para ver a su padre hacer este tipo de locuras, solo viene mi hija, el peque se queda con su madre, le da vergüenza.





Cojo la mano de mi hija con fuerza, comienzo a desenrollar mi dorsal (para esto lo recogí) me lo pongo en el pecho sujetándolo con la mano, mi hija sonríe, siempre sonríe, y entro por meta, allí me espera otro regalo, un amigo sujeta la medalla que me coloca en el cuello y los dos nos fundimos en un abrazo fraternal.

Sueño cumplido

Me giro y no paro de abrazarme con todos, mi padre, mi primo, mi prima, mi hermana, mi tía, mi cuñado, mi madre, mi hijo y mi mujer. Es difícil, incluso ahora que ha pasado un tiempo, decir lo que sentí al abrazarme con mi mujer, con mi familia fue increíble, pero con ella es inexplicable, he recibido tanto, que el 80 % de todo esto no hubiese sido posible sin el apoyo, la comprensión y el amor de ella, espero saber devolverle todo lo que hace por mí.

Es increíble lo que se siente al acabar una maratón, si alguien tiene en la cabeza acabar una, que se prepare lo mejor que pueda y que salga a disfrutarla. Yo espero acabar más y lo iré explicando aquí, un saludo a todos!!!


Nenikhkamen ( Hemos vencido) Filípides 490 a.c.



SALUD Y KILOMETROS!!!